Los larenses celebran la visita 153 de la Divina Pastora
El pueblo de la capital larense recibe hoy miércoles 14 de enero la 153ª visita de su patrona, la Divina Pastora, con la cual caminará en procesión desde la iglesia de Santa Rosa desde Santa Rosa, pueblo cercano a Barquisimeto, la Divina Pastora recorrerá siete kilómetros en peregrinaje, acompañada de millares de devotos provenientes de todas las regiones de Venezuela. Los feligreses, con fe, esperanza y devoción formulan hacen sus peticiones a la Virgen, le agradecen sus milagros y le regalan sombreros y trajes vistosos, algunos de ellos hechos por diseñadores famosos. Es una tradición religiosa venezolana que año a año crece aún más.
La procesión de la excelsa patrona de los larenses, la Divina Pastora a Barquisimeto se considera como una de las más multitudinarias de América Latina, junto con la procesión religiosa de la Virgen de la Guadalupe en México.
Una imagen que llegó con la Conquista.
El párroco de la iglesia de Santa Rosa, Pablo Fidel González, contó que la procesión de la Divina Pastora es una devoción católica de más de 300 años de existencia, que se originó en Sevilla, España. Recodó que esta devoción se inició una madrugada de 1703 cuando Fray Isidoro, un sacerdote capuchino de esta localidad española, tuvo un sueño en el que aparecía una Virgen sentada sobre una piedra, vestida con un largo traje, un sombrero y un bastón. La virgen cargaba un niño en su regazo y estaba rodeada de múltiples ovejas. Fray Isidoro, que era un ferviente seguidor de la congregación mariana: adoración por la Virgen María, madre de Jesús, se levantó aquella mañana y se dirigió a casa de un amigo, el pintor Miguel Alonso de Tovar, a quien le contó el sueño y le pidió que le pintara en un lienzo la imagen de esta virgen, tal y como se le había aparecido en el sueño providencial y divino. En la fiesta de la Natividad de la Virgen María de aquel año, el sacerdote sacó el lienzo como estandarte en la procesión que se realizaba desde la Parroquia Santa Gil hasta la alameda de Sevilla, causando una grata impresión entre los feligreses. Desde aquel día nació la devoción por la Divina Pastora de las Almas, como se le conoció originalmente a esta imagen que evoca a la Virgen María. Luego ese amor se extendió por el mundo cristiano occidental, consiguiendo en Barquisimeto, estado Lara, una de sus más fervientes expresiones de adoración veneración y profunda fe religiosa.
El terremoto de Barquisimeto, del 26 de marzo de 1812, es uno de los acontecimientos que contribuyó al crecimiento del culto de la Divina Pastora. Este fenómeno natural destruyó parcialmente al pueblo de Santa Rosa, incluida la iglesia. Sólo el nicho en el que permanecía la imagen de la virgen quedó milagrosamente intacto, lo que contribuyó a reforzar la creencia de que la Virgen deseaba quedarse en Santa Rosa para cuidar y para proteger a sus pobladores. Entre otros eventos que consolidaron la creencia.
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